domingo, 7 de octubre de 2012

Aprendemos a mirar el arte. Los inicios: la Prehistoria

Como en otro cualquier lenguaje, necesitamos de unos conocimientos previos para poder expresarnos y recibir información a través de él, así que para saber leer imágenes será indispensable comenzar por aprender a mirar. Porque mirar una obra artística no se reduce a contemplarla y decir si me gusta o no según unos criterios subjetivos de belleza. Normalmente, detrás de cualquier imagen, hay muchos más elementos de los que se aprecian en un primer golpe de vista, por ejemplo, observar atentamente, ¿qué véis en estas dos imágenes?





Para valorar la obra de arte necesitamos estar educados para ello mediante un proceso de formación. Este ejercicio demuestra que no siempre podemos contemplar una imagen sin un previo esfuerzo de análisis visual en el que debemos tener en cuenta tres fases esenciales:
  • En primer lugar hay que interpretar el lenguaje, saber leer en las imágenes los mensajes y las intenciones del autor
  • En segundo lugar hay que conocer la morfología específica del lenguaje, es decir, loe elementos que lo componen y las reglas a los que estén sometidos
  • Y por último, hay que valorarlo en relación al momento histórico en que se desarrolla, porque la obra de arte no tiene mayor sentido fuera del ámbito de su época, con sus condiciones sociales, culturales, económicas, ...

Vistas las instrucciones básicas, pasamos a analizar una obra de arte


El despertar del arte: la Prehistoria

Las primeras manifestaciones  artísticas se enmarcan en un período artístico con una duración de unos 30.000 años, el más largo en la Historia del Arte en la que la evolución de la raza humana se hace presente a través del arte. Un arte íntimamente ligado al pensamiento mágico-religioso, que nos narra la vida del hombre en su más estricto deseo de supervivencia.

Desde los años setenta, los descubrimientos de cuevas con importantes muestras de arte paleolítico en Asturias han ido forjando un patrimonio cultural e histórico solamente compartido con nuestras regiones vecinas que ocupan la Cornisa Cantábrica, o las de las zonas de Levante o el sur de Francia. La grandiosidad y la belleza de este Arte tiene sus más importantes manifestaciones en las cuevas de Tito Bustillo, que se encuentran entre las cinco más importantes del mundo, junto con Altamira (Cantabria), Lascaux, Niaux y Combarelles (Francia)




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